4/9/09

Balance de la Feria Sanroqueña de Alfaro 2009. El toreo lo puso Urdiales

En Alfaro el toreo lo puso Diego Urdiales, en una feria que casi no existió porque no hubo toros.


Uno de los toros de Arucci del día 15 de agosto


En el comentario previo a la feria, oliéndonos lo que se avecinaba, comentábamos sobre la corrida de Arucci que se lidió el día 16, que no había “lidiado muchas corridas en los últimos años, vendiendo casi todo para corridas de rejones. Esperemos que por la costumbre de despuntar –reglamentariamente- a los toros para rejones, no hagan lo mismo con la corrida de toros para Alfaro. Es decir, que esté dignamente presentada”.

Pues eso es lo que pasó, que vino como si fuera para rejones. El 15 de Agosto se lidió una corrida de bochornosa presentación en la plaza de toros de Alfaro. A la corrida de Arucci se le simuló la suerte de varas y no se le hicieron quites por su falta de casta y escasas fuerzas. La corrida fue muy sospechosa de pitones, varios toros se escobillaron y por lo menos uno, el segundo, sangró claramente por los pitones.


Otro de los ejemplares de Arucci, de escandalosa presentación de pitones


Tras unos años en los que en Alfaro, por regla general, se presentaban las corridas con un mínimo de decencia, lo que no quiere decir que no hubiera sospechas en la manipulación de las astas, este año 2009 la corrida de Arruci fue absolutamente impresentable.

La reacción lógica de un público aficionado hubiera sido la de protestar contra este atropello y defender la integridad del toro. Pero no fue así, porque el público no es aficionado, porque son fiestas y porque no hay ganas de montar jaleo. De entre los aficionados, hay muchos que se resignan, guardan silencio y se tragan el fraude. Ellos son en gran par

te culpables de que el comportamiento de la plaza demuestre tan poco criterio.

A Daniel Luque se le vio muy a gusto con un material tan fácil. Le vino de perlas para hacer su toreo de cercanías que emociona a los públicos. Se prodigó poco en el toreo clásico y abundó más en los adornos y alardes. Cortó una oreja.

Miguel Tendero, que entró sustituyendo a Manuel Díaz “El Cordobés”, estuvo francamente mal. No se cruzó en ningún momento, siempre colocado a la pala del pitón, tirando líneas y sin recursos. Desaprovechó el toro más noble, el tercero, del que se le concedió una oreja que deja el nivel de la plaza por los suelos. La sustitución de Tendero había ilusionado, previamente, a los aficionados que recordábamos sus buenas actuaciones en Madrid. Pero su paso por Alfaro fue decepcionante.

Dejábamos para el final a Diego Urdiales. En una tarde en que el toro casi no existió, el toreo lo puso Urdiales. Adminis

tró con dulzura las condiciones de sus toros. En su segundó logro los pasajes más brillantes con capote y muleta. Toreó a la verónica y al natural superiormente, siempre bien colocado, asentado y con mucho gusto. Anduvo en la plaza con la misma claridad de ideas que el que lleva cincuenta corridas toreadas. Diego está en el mejor momento de su carrera. Le quedan compromisos importantes, en los que si le acompaña la suerte, y un toro le embiste, puede obtener grandes triunfos.

El día 17 de Agosto se lidiaron toros de Bernardino Píriz, cómodos de pitones, nobles y escasos de fuerza en general. El sexto desarrolló casta y embistió con profundidad, siendo desaprovechado por Tejela. El cuarto embistió con noble dulzura a la muleta de Uceda Leal, que sólo por momentos logró acoplarse con su colaborador. La corrida tuvo poca historia. Abundaron la mediocridad y las medias tintas.


El toro que cerró feria, segundo de Matías Tejela, ejemplo del NO TORO

Miguel Abellán chocó contra el peor lote, una lástima, ya que fue quien más ganas de agradar y acierto demostró. Cortó una oreja en cada toro. Tejela también cortó una oreja en cada toro, pero de muy escaso peso. Toreó muy despegado y descargando la suerte durante toda la tarde. Uceda Leal estuvo indeciso, no acertó con la espada y fueron contadas las ocasiones en las que se logró acoplar con los nobles animales que le correspondieron en suerte.

La feria se inició con una corrida de rejones el día 15 de Agosto. Los astados de Caridad Cobaleda, correctamente presentados y reglamentariamente despuntados, dieron mal juego y el resultado artístico fue muy pobre. Lo mejor lo hizo Leonardo Hernández en su primer toro, al que cortó una oreja. Sergio Domínguez cortó una del segundo de la tarde. El fallo con el rejón de muerte en el quinto le privó de una puerta grande que hubiera tenido poco fuste. Alvaro Montes no lo vio claro, se dejó tropezar los caballos y clavó defectuosamente.

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